Si eres una fan de las vajillas, como yo, querrás tenerlas siempre accesibles, cuidadas, visibles, en la medida de lo posible, y ganar cada vez más espacio para poder darte unos caprichitos. Te voy a dar unos consejos para que utilices los mejores espacios en cada caso y los optimices.
Esta por ser la más utilizada deberá ocupar el sitio de mejor y más fácil acceso, separando cada tamaño y, si es posible, utilizando soporte divisores que impidan que se muevan y que siempre vuelvan al mismo sitio una vez están limpios.
Para mí este espacio, si es posible, debería ser una gaveta y siempre cerca de la zona donde se monta la mesa a diario. Si no disponemos de una gaveta libre en esa zona deberíamos usar armarios poco profundos y, preferiblemente, en alto, así los veremos mejor.
Si utilizas unas tazas y platos de desayuno concretos, deberán estar en la zona donde preparamos el desayuno, cerca de la máquina de café y la tostadora, así nos ahorramos movimientos cuando más dormidos estamos y menos tiempo tenemos. Te creerás una zona de desayuno que disfrutarás y amarás cada mañana.
Y en esta adicción tan sana como son las vajillas, además de la que usamos a diario, podemos tener alguna más loca o alguna más formal para ocasiones especiales; y es con estas con las que nos podemos permitir jugar y colocarlas donde más nos guste: para que las podamos ver, para que adornen o en armarios más escondidos o destinados a guardar utensilios que no necesitamos tan a menudo.
Personalmente, prefiero tenerlas a mano así, aunque no a diario, las utilizaremos más menudo y no nos dará pereza montar la mesa de una forma diferente un fin de semana cualquiera sin esperar grandes visitas.
Y ahora que tenemos claro el lugar que debe ocupar cada tipo de vajilla os voy a dar unas claves para optimizar y dar mejor uso a los espacios:
Igual que podemos hacer en cualquier armario, añadiendo baldas para dividir la ropa o calzado, verlo mejor y tenerlo todo accesible, en el caso de las vajillas es todavía más útil y necesario. Primero, porque las vajillas pesan y cuando cargamos nuestras baldas se pueden vencer o curvar y, segundo, porque de esta formas no apilaremos platos de distintos tipos que provocará que solo usemos los primeros para evitar coger todo el peso hasta llegar a los de abajo.